Obtuvo cátedra en la Universidad de Florencia, donde era norma que los profesores, aun en la calle, vistiesen toga. El, sin embargo, se negaba a ponérsela, y por ello estuvo a punto de ser separado del claustro.
— ¿Acaso el vestido —argüía— otorga sabiduría?
Por sostener, con Copérnico y en contra de la ciencia oficial imperante, que la Tierra giraba alrededor del Sol, fue encarcelado y sometido al dictamen de la Inquisición.
Temeroso de la tortura, se avino a retractarse. Lo hizo hincado de rodillas; pero al incorporarse, pateó en el suelo y murmuró ariscamente:
— Y sin embargo, ¡se mueve!
Estaba en lo cierto, y la Iglesia, en 1835, reparó aquel dislate histórico, rehabilitando la memoria del sabio astrónomo y borrando del Índice sus obras.
Publicado por: Ohslho
La Paz, 03 de Mayo del 2015
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