Apeles (siglo IV a. de C.), Natural de Efeso, fue llamado a la corte de Filipo de Macedonia, donde el hijo de éste, Alejandro Magno, le encomendó la ejecución de un retrato suyo montado a caballo. Alejandro, sin embargo, no quedó satisfecho de la obra; en cambio Bucéfalo, el caballo de Alejandro, relinchó de placer.
Es fama que dijo entonces Apeles al soberano:
— Aunque eres un gran rey, tu caballo entiende de pintura más que tú.
Apeles era un trabajador infatigable, cuya tenacidad inspiraría después el conocido proverbio latino Nulla dies sine linea.
En cierta ocasión, contemplando uno de sus cuadros, un zapatero ateniense hizo algunas objeciones a la forma de los zapatos que veía representados en el lienzo.
Apeles aceptó los consejos y dio las gracias al zapatero. Pero como éste, animado por el éxito, pretendió llevar más allá sus observaciones, el pintor le atajó con una frase que desde entonces iba a hacerse proverbial para reprender a los importunos:
— "Zapatero, a tus zapatos".
Publicado por: Ohslho
La Paz, 28 de Abril del 2015
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